miércoles, 13 de octubre de 2010

Un cuento de letras desordenadas

Un día la A se encontró con la I en un hiato. Un hiato, como ustedes sabrán, es cuando dos vocales viven de vecinas en una palabra, como la palabra caer, país, o maestro.
En este caso, la A se encontró con la I en la palabra Hiato.

Primero había llegado la H, porque es muy puntual. Después llegó la I, de manera que ya decían:
Hi.

Entonces llegó A, y vio a la I, y le pareció maravillosa.
Hia

La miraba con mucha atención y curiosidad, hasta que la I se sintió avergonzada. Luego llegaron las otras letras: la T, y la O, y formaron la palabra:
Hiato

Pero la A seguía encantada con la I.
Cuando se fueron todas, A no se pudo sacar de la cabeza a I. Le parecía curiosa, inteligente, bonita. Y A decidió que quería ser una I.

Mamá A la reprendió fuertemente.
-¿Cómo se te ocurre que vas a ser una I? ¡Te escribieron A, y serás A por siempre! ¡No puedes ser una I!

Entonces la abuela A le contó una historia a hija A, donde una N quería ser una M, pero al final entendía que debía ser una N porque así había nacido.

Pero A sólo quería ser I. Así que desde ese día, no volvió a ser A, y cada vez que formaba una palabra, se hacía pasar por I, y descubrió cosas muy interesantes.

A veces, las palabras podían sonar más feas, por ejemplo, si antes escribían papá, ahora escribían pipí.
A veces las palabras cambiaban de forma curiosa. Por ejemplo, un día no escribió tanto, sino tinto, que es como le llaman al café sin leche en algunas partes de Colombia.
Y a veces las palabras simplemente parecían nuevas palabras por el cambio de A que ahora era I. Por ejemplo, una vez se iba a escribir pantalla, pero finalmente se leyó “pintilli”.

Todas las letras disfrutaban mucho estos cambios, porque eran graciosos, y además los hacía pensar. Pero un día el dueño del lápiz llamó a formación a todas las letras, de manera que formaran un abecedario, y se estremeció cuando encontró lo siguiente:
I B C D E F G H I J......

¿Dónde está la A? ¿Y por qué hay una I al comienzo del abecedario? Gritó y gritó, y después llamó a mamá A, y se quejó ante ella. Y mamá A cogió a A hija, y la castigó severamente. Pero I, que había visto todo, y como los demás había reído y pensado con el cambio de A, la defendió.

¿Por qué, al fin y al cabo, tenía que haber una a siempre al principio del alfabeto? ¿Porqué no podía ser otra letra? ¿Y por qué no podía A decidir qué letra quería ser, y cómo quería sonar? Entonces todas las letras, apoyando a A, decidieron seguir su ejemplo, e inventar qué letra querían ser. De manera que el abecedario ya no fue:

A B C D E F G H I J K ....

Sino
H F I O R T D L Y E B S A

El dueño del lápiz se enojó mucho al ver esto, y comenzó a gritar más fuerte que nunca.
Pero ya no había control, y las palabras eran totalmente nuevas, y ya no tenían sentido, por lo que se inventaron significados nuevos:
Hdregkof significaba cielo verde. Jjbmjlihnlkfc significaba fuego duro.

Y en un momento todas se convirtieron unas en A, y otras en I, y formaron una nueva palabra:
AIAIAIAIAI.

Que significaba libertad color árbol. Y al dueño del lápiz le pareció curioso que pudiera haber nuevas palabras, y nuevos significados, y se divirtió, y pensó. Y decidió que estaba bien que las letras fueran lo que quisieran, porque así le ayudaría a escribir cosas nuevas, con nuevos significados.

A siguió siendo I, pero con el desorden, nadie se dio cuenta que I decidió ser A, porque le pareció que lo que había hecho era muy valiente, y la admiraba mucho.

Menos mal las letras me colaboraron para escribir esta historia: aunque son palabras viejas, cuando escribo p, es una u, y cuando escribo w es una ñ.

El diablo Fu
http://eldiablofu.blogspot.com/

viernes, 1 de octubre de 2010

Feria del Libro Independiente y (A)

Feria del Libro Independiente y (A)... Autogestiva, Alternativa, Amante, Andariega, Anárquica, Aguerrida, Autónoma, Antropófaga, Astuta…
 

Quiénes somos FLIA

Somos una plaga, una ola gigante.

Somos un grito de resistencia.

Somos páginas de un libro liberado.

Somos los del fondo del salón.

Somos un virus que propaga alternativas.

Somos la FLIA. La FLIA somos todos.


Mateo Ramírez